
"Que Mabel cocine es siempre una buena noticia; que abra un bar, todo un acontecimiento. Con el nombre de Miss Limones y el sufijo de Restobar, podemos degustar algunos de los platos que antes sólo se podían permitir los afortunados que asistiesen a alguno de los caterings de Miss Costillas. El bar en sí es pequeño pero diáfano, informal, con predominio del blanco y negro y un sofá en el que pasar muchas horas. La carta es breve, apenas media docena de platos, aunque Mabel siempre está maquinando algo en la cocina. No hay que perderse los mejillones de roca a la crema, la burrata al tartufo y el queso payoyo."
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